LA NOCHE DEL ÁNGEL ARCABUCERO (20/11/2015)
Ángel Arcabucero. En una sala con cuadros de virreyes y los asistentes en el centro. Alumbras la habitación entera. Te observo desde lejos. Tu fusil y tu sombrero de plumas van acorde con tu real donayre. Eres la más bella del Arte. Solo pensar en tu piel trigueña y con tonalidades canelas, recuerdo el sabor de la malta que embriagaba nuestras caricias en la noche entera. Te he extrañado demasiado, he vivido poco en las calles desiertas. El baile de nuestros labios es algo que nunca se olvida. Desciendes del cielo para cobrar la venganza prometida. Yo aquí te espero con los brazos y alas abiertas. Luego contemplo tu silueta, tu cintura, tu caminar, tu meneo, tus pechos, tus piernas, tu cabello, lacio, largo, negro, tus labios, tus ojos y tu sonrisa altiva. Sabes que estoy bajo el yugo de tu arcabúz y estás contenta por ello. Mis dientes piden tu cuello, mis manos recorrer tu cuerpo como en los viejos tiempos y sentir en mi mejilla el aliento que soplabas cuando el jadeo era eterno. La Historia del Arte se concentra en tus ojos cuando los veo. Ahora que te has ido, el deseo y la tristeza están intactos y son quienes dirigen mi consuelo. La vida sin ti no es vida solo desvelo. Llévame, por favor, Ángel Arcabucero, a tu Cielo, o visítame al menos aquí en el infierno.